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LA PRODUCCIÓN

¿De qué manera se debe  realizar  un proyecto cinemátográfico?
 

¿Existe una forma de hacer las cosas bien o cada obra artística debe encontrar el mecanismo que le es propio?
 

¿La manera de producir un film es independiente del contenido o en cambio  la forma de “hacer”  es parte de la obra misma?
 

Cuando emprendí este proyecto en el año 2006 yo no tenía experiencia en producción ni en dirección y pensé que lo mejor era encontrar alguien experimentado, al menos en una de las dos áreas: la producción.
 

Trabajé con muchos productores: Casi todos ellos me indicaban “cómo se debe hacer una película correctamente”.
 

 

¿Estos productores estaban equivocados?.

No lo creo:  con trayectorias  brillantes, sus consejos y experiencias eran muy atinados… Sólo que luego me di cuenta que  no eran adecuados para esta obra en particular.

Mi instinto me llevaba a otra parte.

Así fue como yo misma asumí la producción del film desde el año 2008.

Para producir tomé como punto de partida dos  impulsos fundamentales:

Quería que la obra fuera universal:
Seleccioné a los artistas con quienes quería trabajar por su talento singular y  resultaron provenientes de remotas latitudes: México, Polonia, Estonia, Francia, Alemania, Argentina.
Busqué financiamiento en lugares diversos del planeta.

Los institutos de México (mi hogar)  y luego Polonia tuvieron la generosidad de  considerar que esta historia:  la de una niña en un remoto pueblo de la costa, encarnaba sentimientos universales y la hicieron propia. 


Quería que la película fuera profundamente local. San Clemente era el lugar: yo intuía que en San Clemente me esperaban todos los tesoros.

Quería  trabajar en mi adorado pueblo de la mano de los habitantes, mis amigos de siempre.



Durante este proceso tuve un aliado fundamental: mi amigo artista contemporáneo Pablo Boneu. Pablo no se dedicaba a  la “producción de cine” profesional. Entró en el proyecto por cariño,  para ayudarme como amigo y artista. Alentó, acompañó y produjo a mi lado.  Aportó al proyecto su gran originalidad para resolver las situaciones más difíciles.

En el año 2010 ya había conseguido el financiamiento completo, había conformado el grupo de artistas internacionales, y estaba trabajando en San Clemente.

Pero aún faltaba hacer la película.

Fue en ese momento, un mes antes del rodaje,  que se incorporó al proyecto un aliado fundamental: Izrael Moreno.

Las circunstancias eran muy difíciles,  casi imposibles. Teníamos muy poco dinero y el propósito  de filmar en un pueblo remoto, con niños, hacía parecer el proyecto un sueño irrealizable.
 

Izrael asumió la producción junto conmigo,  con enorme fé , valor y convicción. Demostrándome a cada instante que lo que en ese momento me abrumaba, me parecía lejano e imposible,  en realidad era fácil, sencillo y  real.  Izrael convocó a su grupo de aliados a trabajar en la producción y dijo: ¡ La hacemos!

Su fortaleza, fé y confianza hicieron posible este film.

Basándome en esta intensa  experiencia artística y vital pienso ahora que  es mejor que cada artista decida tanto el qué filmar como el cómo hacerlo.

Gracias Izrael, gracias Pablo

Gracias Gosia, Fares y Nicole

Gracias Javier, Flavia,  Chirstian, Aura, Viridiana, Enrique, Iván, Fabiola, Maxi, Dankmar, Humberto.

Gracias a Conaculta: Consuelo Sáizar, Sistema Nacional de Creadores de Arte.  Gracias al Instituto Mexicano de Cinematografía.

Gracias Marina Stavenhagen, Hugo Villa, María Inés Roqué.

Gracias al Instituto Polaco de Cinematografía, gracias a World Cinema Fund y Fond Sud, que apoyaron el proyecto.

Gracias a la Municipalidad de la Costa, Walter Ortega, Juan de Jesús.

Gracias a la Universidad de la Comunicación de México, gracias Salvador Ayala.

Gracias Jorge Malpica y Conchita.



Un agradecimiento especial a: 

 

Liliana Mazure, Lita Stantic, Bertha Navarro, Henner Hofmann, Centro de Capacitación Cinematográfica, Beatriz Bouras, Iván Avila, Ivonne Fuentes, Alberto Muffelman, Jorge Michel.

 

 

 

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